viernes, 3 de octubre de 2008

Fernando Alonso, Príncipe de Asturias



Llevo tiempo queriendo hacer esta entrada pero, por unas cosas o por otras, al final siempre se me queda en el tintero.


Recuerdo la polémica que se creó cuando dieron al Nano hace unos años el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, pues según muchos debería darse a gente con más trayectoria.


Y no, no estoy de acuerdo. Me parece una costumbre estúpida de este país reconocer la grandeza de las personas cuando están en la tumba o con un pie en ella, y la de dar medallitas a título póstumo. Creo que a la gente hay que homenajearla cuando aún puede disfrutarlo e, incluso, aprovechar el impulso del premio para ser aún más grande.


En el caso de Alonso, cuando se le otorgó el Premio Príncipe de Asturias era tremendamente joven. Pero era el más admirado por los jóvenes y me parece que transmitía unos valores maravillosos. El trabajo, el sacrificio, la lucha, no rendirse... Un chaval que, en definitiva, en vez de estar de botellón con sus colegas y de pastillas hasta las orejas en una discoteca hasta bien entrado el mediodía, se dedicó, desde muy pequeñín, a currarse su carrera de piloto.


No les voy a decir que le sigo desde niño, pero casi, porque no lo he perdido de vista desde que en 1996 ganó el campeonato mundial de karting, y soy fan incondicional desde que el 1999 ganó la segunda carrera que corrió de la Fórmula Nissan (que se televisaba) y gocé con su pilotaje. Los que seguíamos los deportes del motor sabíamos que había nacido una estrella, y lo demostró cuando al final de esa temporada, y como premio por sus resultados en la Fórmula Nissan, se sentó en un Minardi de Fórmula 1 en Jerez y nos dejó a todos con la boca abierta, haciendo unos tiempos increíbles (Minardi lo fichó ipso facto como piloto probador, y en 2001 ya pilotaba uno de sus coches cada carrera).

Por haberle seguido, sé que este asturiano, cuando sus amigos andaban persiguiendo chicas en el instituto, trabajaba sin descanso, y no sólo conduciendo, que puede parecer muy divertido, sino también estudiando. Su bachilerato (COU no lo acabó, ni falta que le hacía si no iba a estudiar una carrera universitaria), e inglés (fundamental para entenderse con ingenieros y mecánicos, y ahora para las ruedas de prensa), ante todo. Y materias como física, mecánica y aerodinámica, relacionadas con su trabajo. Y con un entrenamiento muy duro (la mayoría de nosotros no sería capaza de dar más de dos vueltas con un F1, y ninguno más de 10, porque te machaca el cuello y los brazos).


Por eso no me pareció mal que se dijese a los jóvenes que se puede ser un crack sin botellón, sin pastillas y trabajando duro. Y también, por qué no, decidiendo a qué te quieres dedicar y dejándote la piel en ello. Y que tampoco un título universitario lo es todo, pero que para todo hay que estudiar y sacrificarse.


Sólo me arrepiento de que le diesen el Premio ese año por una razón: que no se lo hayan podido dar este año. Porque si en algún momento Fernando ha demostrado su grandeza, ha sido en esta aciaga temporada, en que, sin un coche competitivo, está aguantando estoicamente, sin rechistar y sin que se le suban humos de estrella, y siendo más modesto y amable que nunca. No se ha oído de su boca nada parecido a que él se merecería haber tenido un coche mejor ni que los de McLaren fueron bastante hijos de la Gran Bretaña haciéndole la cama em beneficio de Hamilton (por otro lado, dos grandes verdades). No. "A ver si mejoramos", "el año que viene me gustaría correr con un coche de primera fila", "me alegro de la victoria de Vettel" y cosas por el estilo.


Así que, como el Premio ya lo tiene, que le hagan Príncipe de Asturias. Seguro que allí lo quieren más que a Felipe y que nos da muchas más alegrías a todos los españoles. Porque el Borbón no nos ponía de pie ni cuando navegaba.


Foto: El Nano bailando los pajaritos aún en el coche. Nunca pensé que me llegaría a gustar tanto ese baile. Y espero que lo podamos bailar muchas más veces con él.

3 comentarios:

Eria.. dijo...

De los últimos años éste es el que más simpatía me produce fernando Alonso. No es por eso que dicen que en España no perdonamos los triunfos de otros, sino porque está dando unas lecciones de saber estar que ya quisieran muchos. En estas situaciones es donde se demuestra quién es un campeón y quién simplemente gana carreras. Besitos varios.

El Charolito dijo...

Totalmente de acuerdo, Eria... ¿Tú tienes blog?

Eria.. dijo...

Si charolito, http://quemasquieresdemi.blogspot.com/
es un blog muy sencillo. Besitos varios.