martes, 20 de octubre de 2009

Ya lo sabía, ya lo sabía...


Dos años y pico ha que se lo venían diciendo. Ellos pensaban que esto no pasaría nunca, que eran intocables, que el poder les blindaba, que el pueblo era suyo, y despreciaban a los que no les doraban la píldora y les decían lo buenos que eran. Intentaban desprestigiar a todo el que se negaba a ser su PALmero, y no dudaban en utilizar contra ellos el vilipendio y el insulto en los medios de comunicación afines.
Dos años y pico de gasto desmedido, de malos gestos, de chulería y de miradas burlescas.
Pero nada es eterno, todo empieza y todo acaba, y lo negativo vuelve.
Hace dos semanas ellos brindaban con un "Grand Cru" que corrió "à gogo" en un caro restaurante con estrella porque les habían dicho que Fiscalía había archivado las actuaciones, gastando a manos llenas un dinero que habían expoliado (lo siento, no voy a decir "presuntamente") a los contribuyentes.
Pero, ironías de la vida, justo dos semanas después, parece que no van a comer ni beber con la misma alegría ni tan bien.
Y yo, como dicen en los anuncios de ese banco, ya lo sabía.
Foto: El alcalde de El Ejido, detenido hoy en la "Operación Poniente" junto a numerosos adláteres y testaferros.

lunes, 19 de octubre de 2009

Marchas y manifas


Siempre he pensado que el tema del aborto, hasta cierto punto, es cuestión de moral y que, como tal, y dado que vivimos en un Estado aconfesional, no debería estar penalizado, pues nadie tiene derecho a imponer su moral a los demás. Y digo hasta cierto punto porque lo que sí parece incontrovertido es que, a partir del tercer mes, sí que hay algo que es un verdadero ser humano, y por ende pasaríamos la barrera que separa el aborto del asesinato de una personita.
En definitiva, soy de los que creo que debería despenalizarse el aborto hasta el tercer mes (allá cada uno con su moral) y permitirlo sólo en casos de grave peligro para el feto y/o la madre (subterfugio por el que, no lo duden, las clínicas especializadas nos seguirían "colando" los abortos que quisiesen).
Ahora bien, más allá de eso me parece una burrada y un asesinato, y basta con ver una ecografía de un feto de más de 3 meses para darse cuenta de lo que digo.
Y lo que, desde luego, me parece una burrada es eso de que una niña de 16 años que no puede comprar tabaco ni alcohol, ni, sin autorización paterna, hacer cosas tan risibles como ir a una excursión o tatuarse una luna junto al ombligo, pueda someterse a un aborto sin que sus padres siquiera se enteren. ¿A quién se le ha ocurrido esa sandez?
Porque una cosa es que no se deje la decisión final en manos de los padres (lo que me parece relativamente coherente, pues no me parece lógico que porque los padres digan que tenga a la criatura, la niña hipoteque su vida para sempre jamás) y otra que ni siquiera se enteren de la película.
Vale, la niña abortará si así quiere ella y un equipo de ginecólogos y psicólogos le explican perfectamente los pros y contras de cada una de las opciones. Pero, joder, los padres deben saberlo. Y, qué coño, no tendrá a la criatura, pero tendrá que pasar el trance de ver a sus padres con cara de mala hostia y/o pasar un mal rato, y quizás eso le sirva para no reincidir. Desde luego, es un error que a los jóvenes les salgan gratis las estupideces que cometen. Están en edad casi adulta, y deben ir aceptando, al menos en parte, las consecuencias de sus acciones.
Y, vale, que la raíz de todo es la educación sexual. Y por ahí hay que empezar a atajar el problema. Pero lo que es un sinsentido es que una chica de 16 años pueda abortar sin que sus padres siquiera lo sepan.
Bueno, a lo que iba: que todo esto parece que no soy el único que lo piensa, y hubo un buen puñado de gente que se echó a la calle para decírselo a los que, hoy por hoy, tienen el poder de presentar el proyecto de ley y aprobarlo en Cortes. Muchos miles de personas que fueron, y otros muchos miles que no pudieron, por mil razones. Y pedían que se retire ese proyecto de ley y que sea sustituido por otro que se ajuste más a lo que la mayoría pide.
Pero, claro, era Azanar el que estaba en la manifestación y no Pilar Bardem; y esto no es lo que "pasa con un Gobierno facha", como decía su hijito querido; y como quien lleva las pegatinas contra la Ley del Aborto son Esperanza Aguirre y COspedal, y no Gurruchaga, Zerolo ni El Gran Wyoming, el Gobierno no les va a hacer ni puto caso, y la inaguantable Leire Pajín ya ha anunciado que el Proyecto de Ley se mantiene sin cambiar una sola coma.
Un verdadero ejercicio de democracia y una lección de cómo se gobierna para todos.
Porque, claro, aquello era una manifa, con gente guay con pañuelitos de cuadros al cuello "a lo Arafat", y lo del sábado fue sólo una marcha de la rancia derechona en la que, seguramente, iban todos con banderas preconstitucionales y símbolos franquistas.
¡¡¡País!!!
Foto: Pilar Bardem gritando contra la guerra de Irak. Tan bien lo hizo, que la han hecho portavoz de "Sí al canon" y, de paso, la olla gorda. Por cierto, adivina adivinanza ¿dónde están todos los del "No a la guerra"? ¿Lo de Afganistán no es guerra?

lunes, 12 de octubre de 2009

Nacer de nuevo


El pasado lunes (hace hoy una semana) andaba yo conduciendo con quinientas cosas en la cabeza, cargado de stress y con prisas, como siempre en esta puta vida.
En un cruce de caminos, el Cielo (o Dios, o el Destino, o la Energía Cósmica, o aquello en lo que crea cada uno) me mandó una señal en forma de accidente de circulación.
Salí por mi propio pie del coche y, como quien dice, casi quitándome el polvo del traje. El coche, con sus airbags y sus mil sistemas de seguridad lo hicieron posible.
Al final, fractura de tobillo, un mes enyesado, y una tremenda carga en el alma. Pero viendo el coche (y unas fotos que tomó un amigo) me di cuenta de que mis días pudieron acabar ahí.
Dicen que los accidentes son señales que deben hacernos reflexionar. Y en esas ando... Las prisas, el stress, querer estar en todo y a todo no tiene sentido.
Y si escribo esto es para que quien quiera y pueda leerme, haga esa reflexión sin esperar a un accidente que le empuje a ello.
He vuelto a nacer, y espero hacerlo mejor esta vez.