domingo, 23 de noviembre de 2008

Se fue Nisa


Nada más acabar mi última entrada sobre los premios, recibo una llamada que me ha ensombrecido el día. Acabo de enterarme de la muerte de una muy querida amiga, Nisa.

Murió ayer, y la enterraron esta mañana. No pude acudir a darle un último adiós. Suele pasarme que cuando alguien se me va me doy cuenta de la cantidad de cosas que se te quedaron en el tintero. Esas palabras que no le dijiste, ese abrazo que no le diste, esa llamada que dejaste de hacer porque andabas muy ocupado... Y en el caso de Nisa siento no haberle mostrado mi amistad más cercana y no haberle ayudado a ver de un color más rosa de esta vida que tanto le costaba, pero que afrontaba siempre con un humor maravilloso.

Eso sí, perofeionalmente, una de las personas más infromales con las que he trabajado, pero yo no podía trabajar con otro Procurador. La amistad me puede. Y ella era mi amiga.

No era guapa. Coqueta sí, un rato. Era pequeñita, mínima, y siempre iba de modelazo y con muchas joyas. Y muy maquillada. Como era tremendamente expresiva, y me abrazaba mucho, en más de una ocasión me dejó la camisa "marcada" con su maquillaje y le decía "ahora llamas a mi mujer y le dices que el maquillaje es tuyo, que me vas a buscar el divorcio, tía".

De buena familia, tuvo una experiencia amorosa traumática que la dejó marcada para siempre, y la condenó a la ingesta crónica de antidepresivos (siempre me pregunté sí eso era lo mejor, o si quizás deberían haberla dejado sufrir para que pasase el trago y se sacudiese de un manotazo la pesada carga de la depresión, y no aliviársela para que fuese una carga asumible que haya aguantado toda la puñetera vida).

Curiosamente, se comía la vida a bocados, y hacía en cada momento lo que le venía en gana, lo que le dictaba el corazón, lo que le hacía sentirse viva... En un viaje organizado a Brasil en el que oban sus padres, hace muchos años, Nisa desapareció porque conoció a un grupo de jóvenes madrileños y decidió hacer el viaje con ellos, y dejó una nota diciendo que se verían en el aeropuerto el día de la vuelta. Una vez envió a un abogado que le gustaba una sentencia y, junto a ella, una foto suya muy sugerente (no hay que decir que el abogado estaba aquí a las pocas horas).

En el coche siempre llevaba dos CD's: uno de saetas y el de Milli Vanilli (fue para ella un palo tremendo cuando se descubrió que no cantaban ellos "con lo buenos que estaban"). Ella era así, puro contraste. Niña y mujer. Loca y cuerda. Depre y eufórica. Pero siempre buena y sin malicia.

Muchos pensaban que estaba algo loca. Yo sabía que no. La gente no entiende al que vive sin medir sus palabras y expresa todo lo que se le ocurre, y los tilda de locos. A Nisa lo que le pasaba era que pensaba en voz alta. A muchos nos pondrían la etiqueta de la locura si lo hiciésemos, seguro. Era una tía que rezumaba vitalidad. Ahí la llevan en el Cielo, los va a volver locos.

Son mil los recuerdos que de ella tengo. Siento no haber ido a verla más a menudo, sabiendo lo que disfrutábamos ambos. Pero de vez en cuando, con excusa de algo de trabajo o sólo porque sí, la llamaba, y echábamos una hora al teléfono. Siempre se despedía igual: "Emilico, a ver si vienes y echamos un ratico, que me tienes abandoná". Y la verdad es que se ha ido y no hemos echado el "ratico" para el que llevamos emplazándonos mutuamente año y pico. Porque sí, hemos echado ratitos cuando nos hemos visto en el Juzgado para cualquier cosa, pero no un "ratico" de comer largo y tendido, sin llamadas, y que me contase sus cosas.

Desde la muerte de su padre, hace unos tres años, se había apagado (algunos decían que había sentado la cabeza, ¡ja!). La llamé para ir en Octubre a a Feria de Huércal-Overa a verla y echar ese "ratico" y me dijo que no iba a estar el fin de semana, que eso era para catetos, y que, además, este año no iba a pisar la Feria "porque me estoy haciendo formal, Emilico". Atrás quedó aquella Feria del 97 en la que se rompió una pierna digamos que bailando. Fuimos a que se la escayolasen, y con la pierna enyesada volvimos a la feria.

No podía pensar que el abrazo que le dí en Septiembre iba a ser el último. No sé s habría sido distinto de saberlo. Fue como siempre al despedirnos: ella se me abrazaba, yo le abrazaba, le frotaba la espalda y, al soltarnos, siempre era la misma conversación: "Sabes que te quiero, ¿verdad, Nisica?" "Y yo a ti, Emilio, y mucho... a ver si vienes más a verme" "Venga, un día me deslío y comemos" "Sí, que hace mucho que no echamos un ratico".

Siento no haber hecho un hueco para su "ratico". Y no haberme podido despedir de ella. Y sólo se me ocurre esta forma de homenajearla.

Foto: una sonrisa, de las que tantas me regaló Nisa.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Charolito, lo siento, hijo, de todo corazón. Aquí estoy para lo que necesites, muchacho. Y a seguir pa'lante, como los de Alicante, que es lo que le gustaría a tu Nisa.

Anónimo dijo...

Después de visitar el blog de Mañana más, me uno a tu dolor, y como soy bastante malo dando pésames, te dejo un cuento que escribí para intentar responder a una pregunta.
Espero que te sirva de algo.

¿DONDE ENCUENTRA UN HOMBRE SU PUNTO DE APOYO?

A los niños nacidos en Alcázar de San Juan, la industria del ferrocarril les deja fácil la opción de la adopción. Sin moverte del pueblo, es relativamente cómodo convertirte en agujero (los que manejan las agujas), en gorrista (los que llevan gorra en los trenes) o mucho mejor en comodín (los que se sientan horas y horas tras un escritorio).
Mi padrino me preguntó un día que qué quería ser yo: agujero, gorrista o comodín.
No le contesté.
No tenía edad para saber lo que quería ser, pero sí la suficiente para comprender que aquella forma de plantear el tema decía mucho sobre el tema.

Yo sólo le hacía caso a mi padrino.
Su forma de hablar y sobre todo su forma de callar, me proporcionaba más información que la escuela.

Así que una de mis aficiones favoritas, en plena época de persecuciones de ranas y sapos, fue la de escucharle.

A los dieciocho años, justo antes de irme a la mili, ocurrió un encuentro que marcó mi vida.

Un joven sociólogo que llevaba a cabo una encuesta epidemiológica en nuestro pueblo le preguntó a mi padrino: “ ¿Cuál cree usted que es la tasa de mortalidad en esta zona?”.
Después de hacer una pausada reflexión, el padrino le respondió con seguridad:
“ Yo diría que una muerte por persona”.

Esa lúcida respuesta me hizo levantar la mano en el cuartel de Leganés, cuando el sargento Ambrosiano preguntó: ¡¡voluntarios para conductores?.

Hay dos cosas que no se pueden hacer en la mili siendo conductor de ambulancias. La primera es saltarse el reglamento. La segunda es destrozar el vehículo. Yo conseguí hacer las dos cosas el mismo día.

Ya sabéis que eso de las maniobras es un juego que se supone que sirve para estar preparado para la guerra. Pero a decir verdad, nadie está preparado. Ni los sistemas, ni los reglamentos. De aquí el secreto militar.

Ya que la puedes cagar, lo mejor es que no se entere nadie.

Aquella mañana de marzo, los BMR de nuestra unidad estaban destripando terrones de tierra por un campo de entrenamiento. Algún cretino se había equivocado en algo, y uno de los muchachos pisó con su tanqueta de transporte una mina. El vehículo salió despedido por los aires, y fue a destriparse contra unas rocas.

Nos avisaron a los de las ambulancias.

El sargento Ambrosiano dijo aquello de saquen a mis muchachos de allí.

Las dos ambulancias que fueron antes que yo se vieron atrapadas por un terreno blando y hostil. Yo mantuve la radio encendida y escuché los pormenores : cuarta, tres mil quinientas, cuidado con el olivo, esto patina , nos paramos; tercera, cuatro mil, el morro se unde, cuidado con el arbol, nos paramos.

Escuché la voz de mi padrino:”en caso de duda, poco equipaje y a recular”.

Así que me introduje en el camino a 120 en tercera, frené bruscamente antes de llegar al olivar, pero sin dejar de perder todo el impulso, reduje a segunda e hice subir el motor a seis mil, me planté en la loma subiéndola a base de motor y patinaje artístico,rocé el desequilibrio compensando los vaivenes con irresponsables giros de volante, logré acercarme a 15 metros del BMR, sacamos al pobre desgraciado de Alpedrete que sangraba abundantemente, me deslicé colina abajo reduciendo a base de motor, ya que los frenos hacía tiempo que no funcionaban, logré incorporarme al camino de tierra con tres ruedas reventadas, inventé la rodadura con llanta metálica, y logré depositar al accidentado en el puesto médico en tres minutos, treinta y cuatro segundos.

Pasé 3 meses en un calabozo. Después me licenciaron.No encontraron otra forma de resolver mi tema.

Así que eso es lo que soy. Un conductor.
Mi trabajo en la vida civil consiste en llevar gente accidentada de un sitio al otro.
Lucho contra el tráfico, las inclemencias del tiempo, el reglamento de la Comunidad Autónoma y la muerte.

Cada día me levanto con el deseo de ayudar a salvar vidas.
En algunos casos, con poco esfuerzo se consiguen grandes logros. Hay días en los que puedes destriparte, para al final transportar carnes sin vida. Ese es el juego.Y hay que saber jugarlo.
Trato de ser lo más profesional posible. Estudio recorridos. Estoy con un mapa mental permanente del tráfico en mi cabeza.

Desayuno adrenalina y me siento útil.

Hasta que un día …………se me ocurrió dejar de ser profesional, y claro, la cagué bien…………………………….
…………………..


¿Qué hacía aquel pescador de sesenta y cinco años en Madrid?
Parece ser que arreglaba unos papeles de su jubilación en el Ministerio.

¿Cuál fue el incidente?
Atropello por parte de un autobús urbano

¿Por qué la cagué?
Fuí el primero en llegar. El viejo estaba bien jodido. El médico le inmovilizó todo menos el brazo derecho. Antes de meterlo en la ambulancia me cogió con su brazo y me dijo que no quería morir allí, que lo llevara a Denia.
No fuí profesional, me salté el reglamento de La Comunidad Autónoma y me pillé la nacional III.
………………….
Me encanta conducir.
………………….
Mientras el viejo me hablaba sobre su juventud y sus aventuras en Marruecos, yo me deslizaba a ciento setenta por el término municipal de Motilla del Palancar.
…………………..
Tal vez sea el viento, el bramido de la sirena, el desplazamiento progresivo del paisaje…………………………
Me había saltado un reglamento autonómico, cuatro disposiciones ministeriales sobre transporte de heridos, el reglamento interno de la empresa. Me caería un buen paquete.
……………………
Pero qué pasa, yo llevo al viejo a Denia.
……………………
La alfombra de asfalto rodaba bajo el liviana peso de mi saeta.
……………………
Kilómetros.
……………………
Kilómetros

Al llegar a Denia, me dirigí directamente al Hospital.
Descargaron al abuelo.
Me dijo : “ gracias hijo”.

…………………….
Me senté un rato en el capó a mirar el mar.
………………………
No sé dónde encuentra un hombre su punto de apoyo.
Sólo sé que se trata de vivir en libertad y de morir en paz.
……………………..
O será tal vez vivir en paz y morir en libertad.

Atentamente. Driver.

El Charolito dijo...

¿Mañana más?: Muchas gracias. Lo llevo bien. Sólo quería hacerle un homenaje y decir cosas que, quizás, nunca le dije a ella.
Driver: Muchas gracias a ti también. Por el pésame y por tu maravilloso cuento. Es tremendamente didáctico.

El Charolito dijo...

A fin de cuentas, me ha pasado algo sobre lo que ya llamaba la ateción un powerpoint que me enviaron: que en esta puta sociedad de hoy siempre estamos muy ocupados en las cosas "importantes",y dejamos que eso nos aleje de lo importante, que es atender a la gente que queremos y apreciamos y decirles lo que sentimos. Pero siempre vamos con la lengua fuera, cada vez hay menos tiempo no ya para una carta, sino para una llamada, para un café....

Lamamma dijo...

Charolito, lo siento. Pero sabes que comparto tu forma de homenajear a quien ya no podemos homenajear de otra manera... a Nisa le habría gustado mucho leer lo que has escrito sobre ella. A mí desde luego me gustaría muchísimo que cuando me muera alguien me dedique un escrito.

Driver. Fantástico relato. Los reglamentos están para saltárselos, de vez en cuando al menos...

Faria dijo...

Lo siento mucho, Charolito.
Allá donde esté, estoy segura de que Nisa te sonríe y se emociona con tu pequeño homenaje: yo me emocionaría. :)

Merce dijo...

Lo siento Charolito, pero seguro, por lo que has dicho de ella, que le hubiese encantado lo que sobre ella has escrito

Un beso

AriaDna dijo...

muy triste, al menos te queda el saber que vivió la vida intensamente

un besito

Esther dijo...

Lo siento mucho...y más hoy que no hago más que quejarme y los demás de echarme rapapolvos de verdades a la cara...lo siento mucho.
Besos

Eria.. dijo...

Un abrazo.

Unknown dijo...

Cuando hace años murió un conocido y lo sentí profundamente me di cuenta de cuánta gente pasa por nuestra vida sin que le demos importancia y decidí que en adelante le diría a quien me apeteciera que le quiero. Inicié un ejercicio con mis personas más cotidianas, empezando por mis fruteras, que agradecieron tanto el gesto que cuando nació mi hijo enviaron a sus maridos con un ramo de calas enormes.

Qué importante es no dejar pasar las cosas en la vida. Creo que me parezco un tanto a Nisa, nunca he dejado de vivir nada y es cierto que la gente piensa que estás pirada. Pero a mí me da igual.

Qué importante no dejar las cosas para mañana, que uno no sabe si estará.

Un abrazo grandísimo, Charolito.