viernes, 5 de septiembre de 2008

Soy hombre, blanco, heterosexual e imbécil


Va a parecer que voy a remolque de Miss Sybarite en los temas, pero, bueno, como tampoco es ningún demérito ir detrás de tan estupenda dama, no voy a cambiar de idea, y voy a hacer el post que tenía en mente desde que recibí por email la foto que ilustra esta entrada.
Parece que si uno no es inmigrante, homosexual y/o mujer, es un imbécil.
Esto es publicidad institucional, según me cuentan, del Ayuntamiento de Gijón. Y, la verdad, me parece bastante mal que se pague con dinero público. Porque agrede y muchos pueden sentirse agredidos. Todos los que no son nada de lo que ahí se dice pueden entender que se les llama imbéciles, y eso me parece, cuanto menos, poco hábil por parte del ideólogo y/o ideante de la campaña de marras.
No soy nada racista, ni sexista, y tengo muchos amigos homosexuales a los que quiero y respeto. Y creo que, en la España de hoy, un homosexual, un negro (sí, negro, no subsahariano ni de color), un moro (el que quiera verle un sentido peyorativo, peor para él), y mucho menos una mujer puedan, en general, decir que la gente les trata como diferentes en la convivencia. Soy de una tierra donde hay gente de mil nacionalidades y convivimos todos bastante bien.
Y la experiencia me dice que la igualdad se consigue normalizando, y no desde la confrontación.
Claro que hay gente a la que se rehuye, pero es por su vivir, que no por su procedencia o religión. Decirle a un señor que está meando en tu portal que es un cerdo, no es racismo, por mucho que sea magrebí. Y no frecuentar ciertas zonas por su alta criminalidad, no es clasismo ni racismo, sino pura y dura cautela.
Seguramente a los inmigrantes, mujeres, prostitutas y homosexuales que viven con total normalidad sus vidas en sociedad, les molestará profundamente que tomen sus nombres en vano para cosas como ésta, porque contribuye a abrir una brecha que para ellos no existe.
Y sí, creo una atrocidad tachar de imbéciles a los que son una parte considerable de la sociedad. O, al menos, lanzar mensajes con los que éstos puedan sentirse aludidos.
No me parece que la estrategia para integrar sea disgregar.
Y se equivocan los que se enrocan en su diferencia, criticando a los demás. La igualdad se hace a base de mutuo respeto. Y lo primero para hacerse respetar es no entrar como un elefante en una cacharrería.
Y sí, de acuerdo, la Iglesia mantendrá una posición muy discutible sobre los gays (que, obviamente, no comparto), pero si usted quiere que yo le respete en su homosexualidad, no haga usted mofa de mi religiosidad, por poner un ejemplo, que no es que yo sea especialmente pío.
Así que, por favor, señores poíticos, gasten bien el dinero público, que no es suyo.
Y si hacen campañas como ésta, pues, joder, acuérdense también de los gordos, que también somos discriminados (y no saben como) durante gran parte de nuestras vidad.
O quiten el imbécil, que haría ganar mucho al cartelito

2 comentarios:

Eva Dolcetriz dijo...

Antes que nada, te agradezco el piropo, Charolito. Es un placer saberte detrás de mí (ya sabes que a mí me gusta ir siempre por delante ;) ).
Ayer mismo hablando de este tema con un amigo, yo decía lo mismo que tú comentas, que gente de todo tipo hay en todas partes pero que en general creo que tenemos una sociedad en la que se convive pacíficamente con todo tipo de minorías.
Mencionas el vivir como elemento diferenciador y esa, para mí, es la clave, muy ligada a otro aspecto crucial: el dinero. ¿A que nadie se apartaría ni denostaría a Al-Fayed o Tigger Woods? Es estatus es el estatus.

Anónimo dijo...

El cartel no tiene arreglo ni quitándole el imbécil. Es pésimo, sin más. Y a mí me suena a burda imitación del famoso poema del hombre de color:

” Querido hermano blanco,
Cuando yo nací,era negro,
Cuando crecí, era negro,
Cuando me pongo al sol, soy negro,
Cuando tengo frío, soy negro,
Cuando tengo miedo, soy negro,
Cuando estoy enfermo, soy negro…
Mientras que tú, hombre blanco,
Cuando naciste, eras rosa,
Cuando creciste, eras blanco,
Cuando te pones al sol, te pones rojo,
Cuando tienes frío, te pones azul,
Cuando tienes miedo, te pones verde
Cuando estás enfermo, te pones amarillo,
¡Y me llamas a mí ”hombre de color”!"

Por lo demás, coincido contigo en que la igualdad se consigue normalizando y sí, como mujer me siento molesta porque me utilicen en semejante memez. No tan molesta como cuando veo el anuncio de la Gillete Venus (el del coche con bandeja de maquillaje) pero molesta al fin y al cabo.