martes, 23 de septiembre de 2008

Peregrinación y "Lolita Upskirt Live"


La madrugada del sábado, vaya usted a saber por qué acceso místico, el que suscribe se lanzó a la peregrinación al Cristo de la Luz, muy propia del lugar donde ha vivido muchos años. Es habitual aquí "tener mandas" con el Cristo (le pides aprobar la carrera, que se case tu hija, curarte de una enfermedad, que un rayo fulmine a tu jefe... y haces una promesa de subir a ver al Cristo en peregrinación en su festividad, que es el penúltimo domingo de Septiembre).
Así que, mochila en ristre, litro y medio de agua y música de Chemical Brothers, me lancé a 17 km de subida a pie. Eso sí, sin una manda y sin promesa. Porque sí.
Y fue una experiencia curiosa, en la que se mezclaron los momentos contemplativos en mitad de la noche (con un cielo claro y estrellado, los aromas de la retama llenándome los pulmones y el silencio de la soledad) con la constatación de que nada es ya lo mismo, pues los peregrinos que otrora subían con un candil en el bastón para iluminarse el camino, ahora van con el chaleco reflectante del coche para evitar ser atropellados por los que van a la fiesta más prosaica y menos contemplativa del Casino.
Pero cuando, después de subir a un ritmo de cicilista profesional, con el corazón a 250 pulsaciones, la camiseta sudada y los pies doloridos y llenos de ampollas, hice entrada en el pueblo, en mi camino hacia el templo del Cristo, se esfumó todo fervor religioso, pues allí estaba satán, tentándome al pecado no ya de la gula (con numerosos puestos que ofrecían viandas de todo tipo), que podía controlar fácilmente, sino al de la carne, poniendo ante mis ojos numerosas mujeres vestidas para matar, haciéndome olvidar los nobles motivos de mi periplo y haciéndome imaginar las más lascivas escenas.
Y entonces, mirando a una niña jovencita en minifalda, con unas piernas largas como día sin pan (una lolita, vaya), no me preguntéis por qué, me acordé de Antonio F. Marín y deseé que llegase una ráfaga de viento, le levantase la falda y poder presenciar un "lolita upskirt live". Y aunque no ocurrió tal cosa, sí que me prometí que tenía que escribir esta entrada, y dedicársela a "Aefemarín". Porque sin la lectura de su blog no habría yo llegado a imaginar tan perversa travesura.
Por ti, maestro.
Foto: El Cristo de la Luz de Dalías. Después de ver las fotos de upskirt de Antonio, no creo que pueda conseguir una de nivel.
P.S.: Tras el episodio de la lolita, como buen peregrino, entré en el templo, oí la misa del peregrino y volví a pie. Eso sí, tengo agujetas hasta en los párpados cuando pestañeo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Sin duda tienes el don de escribir.

Anónimo dijo...

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