domingo, 24 de agosto de 2008

Bosques de velas


Ayer, mientras me "solazaba al sol" en la playa naturista (que nada hay más natural que ir como vinimos al mundo), me dio por recordar el famoso bosque de velas espontáneo que apareció en Atocha tras el 11-M o en las manifestaciones de familiares de fallecidos en el accidente del Yak-42. Y, reflexivo cómo estaba, me pregunté si no habría ocurrido algo parecido en este caso. Así que, aprovechando las tecnologías (que avanzan que es una barbaridad, como dijo el zarzuelino Don Hilarión), no encontré rastro de ello. Lo que me llevó (dada mi actitud filosófica en tan idílico entorno) a otra pregunta: ¿por qué?
Quizás sea que la gente esté de vacaciones y no piense volver para poner la velita o manifestarse. Quizás sea que no ha habido un espontáneo "pásalo". Quizás es que los comandantes en jefe de los movimientos espontáneos no han dado aún órdenes a sus hordas sobre qué hacer. O quizás sea porque no haya nadie que esté intentando rentabilizar el dolor de las familias a costa de lo que sea.
No sé qué será, pero el hecho es el hecho: aquí no se ha movido la gente como entonces.
Y, aunque las informaciones apuntan a que pudiesen haber negligencias, todavía no ha saltado nadie a pedir cabezas.
Y quizás sea eso: que los jacobinos son los que mueven esos gestos.
Pero me parece triste que nuestra reacción a los hechos dolorosos dependa del borreguismo teledirigido.
En la foto: Un borrego al que llevan en moto Dios sabe dónde. Tal cual.

3 comentarios:

Eva Dolcetriz dijo...

Yo creo que el fondo del asunto es bien distinto.
Vaya por delante que ese tipo de manifestaciones me parece bastante absurda por inútil; no necesito salir a gritar que lamento lo ocurrido, lo lamento de igual forma y con la misma intensidad en mi intimidad.
Pero es cierto que existe esa diferencia a la que aludo. Aunque en el caso del accidente de Barajas haya culpables, que alguno habrá, lo sucedido es algo que entra dentro del error humano, de la negligencia, si quieres, pero "entendible" (pongo comillas para que no se me malinterprete), a pesar de lo lamentable e injusto.
En el caso del 11-M hay una intención que genera el hecho. Y además es una intención movida por diferencias políticas. Alguien decide hacer ese daño. Y eso marca una distancia que da lugar a esas reacciones distintas.

El Charolito dijo...

Soy consciente de que hablamos de tesituras distintas. Pero hace tiempo dejé de creer en las manifestaciones (de dolor o de protesta) multitudinarias y espontáneas. Y está claro que aquí nadie ha querido "meneallo", lo que, en mi opinión, honra a la actual oposición. Si fuese otro el partido en el poder, seguro que llevaríamos ya días oyendo a ciertos políticos pidiendo "saber la verdad" con urgencia urgentísima. Y manifestaciones varias de dolor, adhesión, etc.

Eva Dolcetriz dijo...

Estoy de acuerdo con todo lo que dices. Yo tampoco creo en la espontaneidad y, en efecto, sería distinta la situación si los papeles políticos estuvieran intercambiados.