viernes, 6 de noviembre de 2009

Gilipolleces


Llega un momento en que uno se harta de oír gilipolleces, aunque parece que los políticos no se hartan de decirlas.
La última, de nuestra Ministra de Cultura en "Los desayunos de TVE" (¿le meterían tripis en el café?): "Mozart vivía en la miseria por no tener derechos de autor". Ahí queda eso...
No vi el programa, y desconozco si la señora, o señorita, después de soltar aquello, se fumó un puro (no creo, ahora que su Gobierno anda tan embarcado en la lucha contra el tabaco).
Parece mentira que siendo titular de esa cartera sea tan inculta, y desconozca que Mozart no vivía en la miseria, como ha dejado claro un estudio basado en los archivos de la Musikverein (Sociedad de la Música de Viena), que demuestran que Mozart ganaba 10.000 florines anuales, lo que le colocaba entre el 5% más rico de la sociedad vienesa. Lo que pasa es que, parece ser, era aficionado a las juergas y el juego, lo cual no le reprocho en modo alguno, pero era, según dicen los que saben, el origen de sus deudas, lo cual no habría venido paliado por la existencia de unos hipotéticos derechos de autor.
Dudo que un canon sobre las pianolas, los clavicordios, los violines y el papel para escribir partituras hubiese conseguido que Mozart muriese rico, rico y con fundamento. Habría pasado lo que ahora: que ese canon se lo habrían quedado los chupópteros de turno (el Arzobispo de Salzburgo o sus posteriores patronos), y el pobre Wolfy se habría quedado viéndolas venir.
Aunque, claro, no creo que debamos quedarnos en la superficialidad de lo poco informada que anda la Ministra sobre la vida y milagros del, para mi, mejor compositor que nos ha dado la Historia, sino entrar en el asunto de fondo, que no es otro que, con su parida, intentaba la Sra. González-Sinde defender a Teddy Bautista, Ramoncín y su panda.
Y llegados a ese punto es donde uno ya salta. Porque, vamos, que me comparen a Mozart con, pongamos, Ramoncín, es para partirse la caja de risa.
Que no es que yo diga que el que cree no tenga derecho a ganar dinero, no, pero hay que ser serios, y poner los medios para que el que cree gane, pero el que no, no, y no crear un sistema de paniaguados que, cuando es menester, se hacen la foto con el dedo en la ceja o se echan a la calle con una pegatina en el pecho sobre el logotipo de Armani.
Y para eso se crea un canon injusto que nos presume a todos los consumidores "piratas" y nos hace pagar por cada CD, DVD o disco duro, aunque grabemos en ellos nuestras fotos o programas de código abierto; a pagar por tener impresoras y fotocopiadoras, aunque sólo fotocopiemos documentos de trabajo que no ha creado ningún escritor salvo, acaso, nosotros; a pagar por tener unas ADSL, por si las moscas te bajas música o películas; a pagar por tener en tu bar una televisión, aunque sólo veas el fútbol o la utilices para proyectar publicidad de tu local; a pagar por tener un DVD en casa, no sé muy bien por qué, puesto que si una cadena emite una película, ya habrá pagado los derechos para ello.
Y todo ello para que, al final, haya mucha gente que, sin crear nada, cobre derechos de autor no se sabe muy bien de qué o por qué razón.
Pues vale, Ministra. Pues, entonces, suprima, desde hoy mismo, todas las subvenciones al cine y a los artistas y escritores. Paso de que con mis impuestos se hagan cortos infumables, se publiquen libros mediocres, se promuevan exposiciones sin interés alguno, se monten actos deficitarios o se lance a gente con talento que, en cuanto consigan ser vendibles, va a freirme con sus reivindicaciones sobre los derechos de autor.
Si lo que quieren los artistas es entrar en el mercadeo, vale. Pero entonces, como todos, a pecho descubierto, sin subvenciones ni ayudas, sin contrataciones de favor, y a competir en el mercado libre. Y que vivan del puto canon y sus derechos de autor. Y si usan un edificio público para exponer su obra, paguen la tarifa a precio de mercado. Y si quieren salir en los informativos, a pasar por caja. Y que los conciertos, los organicen, produzcan y paguen ellos, nada de que los ayuntamientos paguen actos culturales ruinosos. Sólo los que se rentabilicen.
Y el que venda que sobreviva, y el que no, que cuelgue la guitarra, los pinceles o la pluma y se ponga a currar en otra cosa.
Lo que no puede ser es tetas y sopas, que dicen en mi pueblo.
Foto: Mozart en versión DJ.

3 comentarios:

añil dijo...

Un texto de lo más completo y cierto, por desgracia.

Sobre las perlas que deja la ministra, ya casi estamos acostumbrados, ella y otros políticos que andan por ahí diciendo barbaridades, que nadie de ese gran equipo de asesores bien pagados que los acompañan, se molestan en corregir.

El canon, ese es el grano en el culo de todos los españoles.

El Charolito dijo...

Eso es lo que me jode... con lo que cobra uno de esos asesores podrían pagar tres buenos asesores, de los de verdad, de los que saben y pueden asesorar.
Y lo del canon, prefiero no pensarlo... me pone de una mala hostia...

laura dijo...

pues yo compro toodos los cd s piratas y m bajo toooda la música q puedo, antes no lo hacía(y lo digo en serio), pero ahora ya q m tratan y presuponen q soy una "ladrona" (y pago por ello) al menos q lo hagan con razón, eso es lo q consiguen con el j....canon